Estaba intentando quedarme dormida, últimamente me cuesta más de lo normal porque las preocupaciones no cesan, los pensamientos en mi mente no se detienen, soy una persona naturalmente ansiosa, es algo que aún sigo trabajando para aprender a gestionarlo de la mejor manera; como médica y más como especialista en medicina alternativa, sé del inmenso daño energético que causa todo este caos interno que orquesta mi mente y que tarde o temprano se verá manifestado en mi cuerpo físico.
Trato de calmarme optando por una posición autocompasiva, tratando de explicarme a mi misma que es normal tener todo este miedo, que es normal esta frustración y este constante “no saber”; me repito una y otra vez que mis emociones son válidas, pero que no serán eternas, que únicamente hacen parte de este momento, de este presente, y así mismo todo esto es necesario y perfecto; trato de confiar en el concepto de que toda crisis conlleva una transformación profunda que te impulsa a un nuevo nivel de consciencia, esto es algo que ya he comprobado en otras etapas de mi vida y aún así me cuesta incorporarlo a la realidad actual. Las emociones pueden ser tan intensas que a pesar de tener todos los conocimientos para gestionarlas, a veces, inevitablemente te dominan.
De pronto, vino a mi mente algo que he escuchado mucho de mi madre, “hay que encontrar la Paz en medio de la tormenta”; ¿cómo en medio de tanto caos, voy a encontrar paz?, dicen que esa habilidad es un don que te da Dios, pero … ¿y si no soy una de las afortunadas?.
Con la cabeza sobre la almohada me quedé mirando fijamente la oscuridad del cuarto, tratando de observar mis pensamientos “desde afuera”, como si no fueran míos, y entonces me sentí segura en el momento presente, me di cuenta que todo eso que tanto me preocupaba, no eran más que posibles escenarios futuros, posibilidades que yo había aceptado desde ya como si hubiese decidido sufrir anticipadamente, si, en mi vida estaban ocurriendo situaciones muy complejas, pero en este instante, en el ahora, yo estaba recostada en mi cama, y a pesar de todo el caos de afuera, de las preocupaciones del mañana, en este aquí, mirando a lo más profundo, yo estaba bien, estaba completa y segura. Me dí cuenta, que llevar toda mi atención solo a este instante, realmente me daba paz; y que dependía de mi dejar de fabricar futuros terribles, tuve la convicción de que frente a cada problema del mañana encontraría la solución sólo cuando ese mañana se transformara en el ahora.
- Ana María Franco